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Bloques de yoga: para qué sirven y cómo usarlos correctamente

Aprende para qué sirven los bloques de yoga y cómo usarlos para mejorar tu práctica. Guía sobre materiales, modificaciones de posturas y ejercicios prácticos.

Lucía Fernández
Lucía Fernández

Especialista en Meditación y Bienestar

Bloques de yoga: para qué sirven y cómo usarlos correctamente

Los bloques de yoga son mucho más que simples accesorios. Son herramientas que transforman tu práctica, haciéndola más accesible y efectiva. Si alguna vez has sentido que no llegas al suelo en una postura, este artículo es para ti.

Para qué sirven los bloques de yoga

Manos colocando bloques de yoga bajo cadera en postura de flexión, detalle técnico Los bloques tienen múltiples funciones en tu práctica. Principalmente, te ayudan a **mantener la alineación correcta** cuando tu **flexibilidad** aún está en desarrollo. También sirven para **profundizar** en posturas avanzadas y añadir **estabilidad** cuando trabajas en tu equilibrio. No son muletas, son extensiones de tus brazos.

Acercan el suelo a ti

La función más conocida de los bloques es reducir la distancia al suelo. En posturas como el triángulo (Trikonasana) o la media luna (Ardha Chandrasana), muchas personas fuerzan su espalda o pierden la alineación intentando tocar el piso. Un bloque colocado bajo tu mano soluciona este problema de forma inmediata.

Mejoran tu alineación

Cuando usas bloques, puedes concentrarte en la posición correcta de tu cuerpo en lugar de luchar con tu flexibilidad. Por ejemplo, en la postura de la paloma (Kapotasana), un bloque bajo la cadera te permite mantener la pelvis nivelada. Esto previene lesiones y hace que la postura sea más efectiva.

Añaden desafío a tu práctica

Los bloques no son solo para principiantes. Los yoguis avanzados los usan para intensificar posturas y explorar variaciones. Sostener un bloque entre los muslos en la postura del puente activa músculos que normalmente no trabajas. También puedes usarlos para practicar equilibrios sobre las manos con mayor seguridad.

Apoyan la práctica restaurativa

En yoga restaurativo, los bloques son esenciales para crear posturas de descanso profundo. Colocados bajo la espalda, los muslos o la cabeza, te permiten relajarte completamente. Tu cuerpo se abre sin esfuerzo mientras el sistema nervioso entra en modo calma. Combina bloques con mantas de yoga para aún más comodidad.

Tipos de bloques: corcho vs espuma

Elegir el material adecuado marca una gran diferencia en tu práctica. Cada tipo tiene ventajas específicas según tus necesidades y preferencias. Conocer las características de cada uno te ayudará a tomar la mejor decisión.

Bloques de corcho

Los bloques de corcho son los preferidos por muchos yoguis experimentados. Ofrecen una superficie firme y estable que no se deforma con el uso. Son especialmente útiles cuando necesitas soporte sólido para equilibrios o posturas que requieren fuerza. El corcho también es un material sostenible y biodegradable.

Sin embargo, los bloques de corcho son más pesados y pueden resultar duros para algunas posturas restaurativas. También son más caros que las alternativas de espuma. Si practicas en casa y no necesitas transportarlos, el peso no será un problema.

Bloques de espuma EVA

La espuma EVA es ligera, económica y versátil. Estos bloques son perfectos para principiantes o si necesitas transportar tu material regularmente. La superficie es más suave, lo que resulta cómodo para posturas restaurativas o cuando apoyas partes sensibles del cuerpo. También son ideales para estudios con muchos alumnos.

El principal inconveniente es que la espuma puede deformarse con el tiempo, especialmente si eres una persona de peso considerable o haces posturas que ejercen mucha presión. También pueden resbalar más que el corcho en algunas superficies.

Bloques de bambú o madera

Menos comunes pero cada vez más populares, los bloques de bambú ofrecen una opción ecológica con extrema durabilidad. Son muy firmes y tienen un aspecto estético hermoso. Sin embargo, son los más pesados y menos cómodos para posturas que requieren suavidad. Son ideales para practicantes avanzados que buscan estabilidad máxima.

Dimensiones y cuántos necesitas

Los bloques estándar miden aproximadamente 23 x 15 x 10 centímetros. Tienen tres alturas diferentes según cómo los coloques: baja (acostado), media (de lado) y alta (vertical). Esta versatilidad te permite ajustar el soporte exacto que necesitas. La mayoría de las posturas funcionan bien con estas medidas estándar.

Para empezar, dos bloques es lo ideal. Muchas posturas requieren simetría, como el triángulo extendido o la media luna. Con dos bloques también puedes explorar más variaciones y tener mayor flexibilidad en tu práctica. Si presupuesto es limitado, empieza con uno y añade el segundo más adelante.

Cómo usar bloques en posturas comunes

Demostración de uso de bloques para modificar posturas de yoga

Veamos aplicaciones prácticas que cambiarán tu forma de practicar. Estas son las posturas donde los bloques marcan mayor diferencia. Experimenta con las tres alturas hasta encontrar la que te funcione mejor.

Triángulo extendido (Utthita Trikonasana)

Coloca un bloque en su altura media al exterior de tu pie delantero. Extiende tu torso lateralmente y apoya la mano inferior sobre el bloque en lugar del suelo o la pierna. Esto te permite mantener el pecho abierto y los hombros alineados verticalmente, evitando que te inclines hacia adelante.

Muchas personas colapsan el costado inferior al forzar la mano hacia el suelo. El bloque soluciona esto, permitiendo que trabajes la apertura del pecho correctamente. Con el tiempo, puedes ir bajando la altura del bloque conforme ganes flexibilidad en los isquiotibiales.

Flexión hacia adelante sentado (Paschimottanasana)

Si no alcanzas tus pies cómodamente, coloca un bloque bajo las plantas de los pies en posición vertical. Sujeta los lados del bloque con las manos en lugar de forzarte hacia los pies. Esto mantiene tu espalda larga y evita que redondees excesivamente la columna, protegiendo tus lumbares.

También puedes usar un bloque bajo los glúteos para elevar las caderas. Esta elevación inclina la pelvis hacia adelante, facilitando la flexión y haciendo la postura más accesible. Es especialmente útil si tienes los isquiotibiales muy tensos o molestias en la zona lumbar.

Paloma (Eka Pada Rajakapotasana)

Coloca un bloque bajo la cadera del lado de la pierna doblada. La altura dependerá de tu flexibilidad en las caderas: usa la posición alta si eres principiante, la media cuando avances. Este soporte evita que tu pelvis se incline, manteniendo ambas caderas niveladas y paralelas al frente.

Sin el bloque, muchas personas compensan con torsión en la columna o rotación de la pelvis. Esto reduce la efectividad de la postura y puede causar tensión en la zona lumbar. El bloque te permite relajarte completamente en la postura y trabajar la apertura de cadera de forma segura.

Media luna (Ardha Chandrasana)

Esta postura de equilibrio se vuelve mucho más accesible con un bloque. Colócalo en altura media o alta bajo la mano que se apoya, aproximadamente 30 centímetros adelante del pie de apoyo. Esto te da la estabilidad necesaria mientras trabajas en alinear tu cuerpo verticalmente.

El bloque te permite concentrarte en abrir el pecho, extender la pierna superior y mantener el equilibrio. Sin esta ayuda, muchas personas se inclinan demasiado hacia adelante o colapsan el hombro inferior. Con práctica, podrás ir reduciendo la altura del bloque gradualmente hasta practicar sin él.

Puente soportado (Setu Bandha Sarvangasana)

Postura del puente apoyada con bloque de yoga

Para una versión restaurativa, levanta las caderas y desliza un bloque bajo el sacro (la zona triangular de la base de la columna). Usa la altura que te permita relajarte completamente, normalmente la baja o media. Tus pies permanecen apoyados en el suelo pero sin sostener peso.

Esta variación es terapéutica para la espalda baja y el sistema nervioso. Puedes quedarte varios minutos, permitiendo que la gravedad abra suavemente tu pecho y hombros. Es perfecta para sesiones de yoga restaurativo o al final de una práctica intensa para recuperarte.

Malasana (postura de la guirnalda)

Si tus talones se levantan en esta sentadilla profunda, coloca un bloque o dos bajo ellos para estabilidad. También puedes sentarte sobre un bloque si bajar completamente es difícil para tus rodillas o caderas. Esto te permite trabajar la postura sin forzar las articulaciones.

La malasana requiere buena movilidad en tobillos, rodillas y caderas. Los bloques te permiten beneficiarte de la postura mientras desarrollas gradualmente esa flexibilidad. Mantén la espalda larga y el pecho elevado, usando los codos para empujar suavemente las rodillas hacia afuera.

Ejercicios prácticos con bloques

Más allá de modificar posturas, puedes usar bloques para ejercicios específicos. Estas prácticas fortalecen músculos, mejoran tu conciencia corporal y añaden variedad a tus secuencias. Intenta incorporar algunos de estos ejercicios en tus sesiones regulares.

Activación de muslos internos

Acuéstate boca arriba con las rodillas dobladas y pies en el suelo. Coloca un bloque entre los muslos, justo encima de las rodillas. Presiona activamente el bloque sin dejar que se caiga, manteniendo la contracción durante 5 respiraciones. Esto activa los aductores, músculos que a menudo están débiles.

Puedes hacer este ejercicio en varias posturas: puente, elevación de piernas, o simplemente acostado. La activación consciente de estos músculos mejora tu estabilidad en posturas de equilibrio y previene lesiones de rodilla. Repite 3-5 series de 10 respiraciones cada una.

Abertura de pecho pasiva

Meditación sentada con bloques de soporte

Coloca dos bloques en altura media paralelos entre sí, separados aproximadamente el ancho de tu espalda. Acuéstate de forma que un bloque quede entre tus omóplatos y el otro bajo tu cabeza. Los brazos caen relajados a los lados, con las palmas hacia arriba.

Esta postura restaurativa contrarresta las horas sentado frente al ordenador. Mantén la posición durante 3-5 minutos, respirando profundamente hacia el pecho. Sentirás cómo la tensión de hombros y cuello se libera gradualmente. Es perfecta para terminar el día o antes de meditar.

Plancha con bloque

Adopta la postura de plancha alta y coloca un bloque entre tus muslos. Aprieta el bloque mientras mantienes la postura, activando abdominales, glúteos y muslos internos simultáneamente. Mantén 30 segundos al principio, aumentando gradualmente hasta 1-2 minutos. Verás cómo el ejercicio se vuelve mucho más intenso.

Esta variación convierte una plancha básica en un ejercicio completo de cuerpo entero. La activación del bloque obliga a tu core a trabajar más para mantener la estabilidad. Asegúrate de mantener las caderas niveladas, sin dejar que se hundan o eleven demasiado.

Equilibrio sobre bloques

Para practicantes avanzados: coloca dos bloques en su posición más estrecha (vertical) separados al ancho de tus hombros. Intenta adoptar chaturanga (plancha baja) o incluso equilibrios sobre manos con las palmas sobre los bloques. Esto desarrolla fuerza extraordinaria en muñecas y antebrazos.

Este ejercicio es desafiante y requiere mucha práctica. Empieza simplemente apoyando las manos sobre los bloques en posición de mesa (cuatro apoyos), acostumbrándote a la inestabilidad. Con el tiempo, podrás progresar a posturas más avanzadas. Nunca fuerces si sientes dolor en las muñecas.

Errores comunes al usar bloques

Instructor corrigiendo gentilmente uso incorrecto de bloques de yoga Evitar estos **fallos frecuentes** hará tu práctica más segura y **efectiva**. Muchas personas usan los bloques de forma incorrecta sin darse cuenta, limitando sus **beneficios**. Presta atención a estos puntos para **optimizar** tu práctica. Si necesitas mayor comodidad, usa [cojines de meditación](/blog/bolsters-cojines-meditacion) con tus bloques.

Usar la altura incorrecta

El error más común es elegir una altura que no se ajusta a tus necesidades actuales. Si el bloque está demasiado bajo, acabarás forzando tu flexibilidad igualmente. Si está demasiado alto, no trabajarás adecuadamente la postura. Experimenta con las tres alturas y escoge la que te permita mantener la alineación correcta.

Tu ego no debería influir en esta decisión. Usar el bloque en su posición más alta no es “hacer trampa”, es practicar inteligentemente. Con el tiempo y práctica regular, naturalmente podrás reducir la altura. La progresión gradual es más segura y efectiva que forzarte.

Colocarlos demasiado lejos o cerca

La ubicación del bloque es tan importante como su altura. En posturas como el triángulo o la media luna, el bloque debería alinearse con tu mano, no estar demasiado adelante o atrás. Una colocación incorrecta puede causar desequilibrio o comprometer tu alineación en lugar de mejorarla.

Ajusta la posición hasta encontrar el punto donde sientes estabilidad sin tensión excesiva. A veces necesitas mover el bloque varios centímetros para encontrar el lugar óptimo. No tengas miedo de experimentar durante la práctica.

Depender demasiado de ellos

Los bloques son herramientas, no muletas permanentes. Si llevas meses usando el mismo bloque en la misma postura sin progresar, quizás necesites desafiarte más. Intenta reducir gradualmente la altura o practica sin ellos ocasionalmente para evaluar tu desarrollo. El objetivo es que eventualmente los necesites menos.

Esto no significa abandonarlos completamente. Incluso yoguis experimentados los usan estratégicamente para profundizar, explorar variaciones o en días cuando el cuerpo está menos flexible. La clave es usarlos conscientemente, no por hábito o comodidad excesiva.

Olvidar la respiración

Cuando introduces bloques en tu práctica, es fácil concentrarte tanto en la mecánica que olvidas respirar profundamente. Los bloques deberían facilitar que respires mejor, no peor. Si te encuentras conteniendo la respiración o respirando superficialmente, ajusta la altura o posición del bloque hasta poder mantener un ritmo respiratorio constante.

La respiración es el verdadero indicador de si estás usando el bloque correctamente. Si facilita respiraciones largas y profundas, vas por buen camino. Si complica tu respiración, algo necesita ajustarse. Recuerda que el yoga es unión de movimiento y respiración, los bloques solo están ahí para facilitarlo.

Cuidado y mantenimiento

Los bloques de espuma se pueden limpiar con un paño húmedo y jabón suave. Déjalos secar completamente antes de guardarlos para evitar moho o malos olores. Los bloques de corcho solo necesitan un paño seco o ligeramente húmedo, ya que el corcho es naturalmente antimicrobiano. Evita sumergirlos en agua.

Guarda tus bloques en un lugar seco y alejado de la luz solar directa, que puede degradar la espuma con el tiempo. Si notas que tus bloques de espuma están deformados o agrietados, es hora de reemplazarlos. Los de corcho y bambú duran años si los cuidas adecuadamente.

Empieza a explorar con tus bloques

Los bloques de yoga transformarán tu práctica si les das una oportunidad. No son señal de debilidad, sino de inteligencia y respeto hacia tu cuerpo. Te permiten practicar de forma segura, mantener la alineación correcta y progresar sin lesiones. Incluso los yoguis más avanzados los incorporan regularmente.

Empieza introduciendo bloques en 2-3 posturas donde sientas que luchas con la flexibilidad o el equilibrio. Observa cómo cambia tu experiencia de esas posturas. Probablemente descubrirás músculos que no sabías que estaban trabajando y una profundidad nueva en tu práctica. Los bloques no limitan tu yoga, lo expanden.

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